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Existen muchas maneras de dar las gracias.

En un principio, la opción más sencilla sería la siguiente; “gracias a todos mis clientes por estar ahí” y demás formalidades, pero después de tantos años realizando este trabajo y haber conocido a tanta gente, me parecía demasiado sencillo y obsoleto. Entonces, se me ocurrió otra idea.

 

Voy a dar las gracias, sí, pero de otra manera, y es recordando a muchos clientes y clientas que han pasado por esta casa, La Casa Naturall.

Recuerdo dos clientas que tuve recién abierta mi empresa. A las chicas que limpiaban (distintas, de nacionalidad argentina y española), les llamaban “inmigrantes”, y por supuesto tuve claro desde un principio que no quería este tipo de clientas. También me acuerdo de una clienta que repetía una y otra vez eso de “limpiar sabe cualquiera” excepto, qué casualidad, todas las chicas que yo le enviaba… en fin, no quiero recordar ciertas cosas, pero sí tengo claro que a estas no les voy a dar las gracias.

 

Por suerte, no todo es así. Sí les quiero dar las gracias a mis clientes y clientas que han tratado  y tratan al personal con toda la amabilidad que cabe, que me llaman para comentarme que hay cosas que no les gustan y les gustaría mejorar o para la posibilidad de un cambio repentino de horario. Aquellos clientes y clientas que han tenido paciencia hasta hacer posible la adaptabilidad del personal en su casa u oficina; aquellos que me han ayudado a solventar algún problema que ha surgido, aportando opiniones y soluciones, y, cómo no, a todos aquellos que me han llamado para darme las gracias por lo bien que les había quedado la limpieza, lo buena que era la trabajadora y la tranquilidad que les aportaba tenerme detrás preocupándome de todo. Si algunas de estas personas están leyendo esto, seguro se reconocerán…

 

Gracias y mil gracias a los que hacen posible que esto siga funcionando, y aunque sé que no es posible gustar a todo el mundo, no me canso de dar las gracias a los que estuvisteis pero por distintas circunstancias os tuvisteis que marchar, a  los que seguís estando ahí después de tantos años y me recomendáis a otras personas y a los que recién acabáis de llegar, que espero seguir agradeciendooslo muchos años más.

 

Pienso que de nada sirve pensar en agradecer y no decirlo. Guardar para una misma las palabras bonitas o los elogios merecidos. Callar las cosas buenas porque estamos demasiado acostumbrados a comunicar solamente aquello que nos molesta.

 

Por ello, muchísimas gracias.

Ana Collazo.

 

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